sábado, 10 de agosto de 2013

Mis amores

Uno me amó con la mirada.

Otro me amó con las palabras.

El último me amó con las manos.

Caminaba yo a metros de distancia, ingenua, desinteresada por mi entorno sin saber que sus ojos estaban sobre mi, que me buscaban y hasta se sonreían con mis encantos. Fui a conocer a esta pequeña niña una noche a la salida del liceo.
Puteaba a viva voz porque la micro había osado dejarme atrás. Fue muy dulce y vino a consolarme con su mirada, luego con su sonrisa para culminar en un diálogo sin fin.
Y como las mujeres somos buenas para batir la lengua, continuamos haciéndolo durante nueve meses seguido, hablando, besando, lamiendo...
Fue todo muy suave, conocí el respeto, el cariño, el cuidado, el compañerismo, aprendía a hacerme menos a su lado para ensalzarla a ella, la ame con mis manos, mi lengua y mis letras.
Escribí mil cartas que contestó amablemente, con linda letra, hojas perfumadas y lápices de colores.
Nos distanciamos al entrar a la universidad, yo era un encanto activo y ella no podía con sus celos.
Me negó tres veces con su mirada.
Decidí dejarla.
Siempre la amé.

Estaba sola por aquél tiempo, con una soledad helada pegada a los huesos, con la boca muda e incapaz de producir sonidos. Vestía de negro, delgada y pálida, pelo azulado y una apariencia muy grave para alguien tan simple.
Me vio, me separó del grupo y me contó mil sueños,un mundo alegre, posibilidades, me dijo mil encantos que veía en mi.
Finalmente me contó sus planes, yo sería su tesoro, ese futuro sería mio y me dejé conquistar.
Jugamos rol en un castillo abandonado del centro unas cuantas veces, nos citamos fuera, viajamos, me encerró en su casa tres años, hicimos un hijo y me enseñó como era hacer una familia.
Fue todo muy solitario, conocí la angustia, la desesperación, las exigencias, la protección y el descuido, aprendí a abandonarme y hacer que dejaran de amarme.
Me fui de su casa y el se fue de mi corazón a la cama de una niña de 16 años, ya me estaba transformando en una mujercilla con manías y sueños propios, no pudo entenderlo.
Me negó tres veces con sus palabras.
Decidió dejarme.
Siempre lo amé. 

Iba a ver una pésima película en la que trabajaba una amiga, una noche alegre, una sonrisa burlona en mi boca hablaba frivolidades. Me sentía horrenda y estaba descuidada, pelo seco ropa chueca y sucia, apariencia desinteresada.
Ese día una amiga eterna me lo presentó, el me dio la mano y entrelazó mis dedos, me dejó en el metro y unos días después recibía una invitación a msn, quieres ser mi amiga. Un viaje a su casa junto a nuestra amiga y luego uno solo para mi, viaje a verlo 2 años y pico para revolcarnos en miel.
Fue todo muy intenso, conocí la pasión, los celos, el odio y el amor. La sumisión, el olvido, las distancias, las mentiras. Aprendí a perdonar y que no pueda alejarse.
Me fui mil veces de su vida y el se fue mil veces a la cama de mi amiga.
Sus manos me han intentado negar intermitentemente.
Aún no decidimos nada.
Aún lo amo.